Señor
dejame despertar cada día enamorado de la vida y de mi trabajo. Dame paciencia cuando mi cliente no me entienda, dame perseverancia para no desfallecer ni apoyar mi triunfo en la desgracia ajena. No dejes que mi piel deje de erizarse ante un atardecer solo porque no esta vectorizado o lleno de layers. Gracias por mi profesión y por mi pasión, gracias por mi vista y por mis manos, permiteme compartir aunque sea por un día más mi amor por la belleza y la agradable sorpresa ante mi propia ignorancia. Amén






27 de enero de 2010

¡La ignorancia es atrevida, pero placentera!

Buenas tardes, hace algunos meses tuve la oportunidad de ver la película Rudo y Cursi con Gael Garcia y Diego Luna, me gusto mucho el manejo del entorno mejicano, de ese país que nunca vemos y que Televisa y Tele azteca oculta porque no vende sus bodrios novelescos.  Usé la película como material de análisis en clase con alumnos de ICESI y de la Univalle y fue muy interesante la visión de ellos frente al tema como tal de la película. A nivel familiar la vimos con mi esposa y la pasamos bien, bueno no es una película para filosofar mucho; nos quedo en la memoria la canción del Cursi

nos pareció divertida, patética, hilarante, en fin se paso bueno. Hoy escuchando radio por internet, una emisora de Rock Clásico me golpeo una canción que me llevo inmediatamente a la película.

Y por supuesto que surge inmediatamente la reflexión: la ignorancia es una cosa terrible, ojo que me refiero a la mía, es un lugar cómodo del que luchamos muchos por salir pero cuando salimos un poquito añoramos estar allí. Me explico. Para mi esposa y para mi la canción era divertida y no más pero para el conocedor de Cheap Trick era una parodia que dejaba, seguramente, por el suelo al clásico grupo rockero. Un rockero radical que identifica la canción seguramente sentiría lo mismo que cuando Feliciano cantaba Light my Fire, pero para quien llego a la canción por Feliciano era un lugar placentero.

Entonces apreciado(a) lector(a) que piensa usted sobre la ignorancia, ¿nos quedamos allí disfrutando las sombras en la pared, como diría Platón hablando del mito de la Caverna, o buscamos la luz con el riesgo que que todo sea cuestionable?

lobsangsalguero@gmail.com