Señor
dejame despertar cada día enamorado de la vida y de mi trabajo. Dame paciencia cuando mi cliente no me entienda, dame perseverancia para no desfallecer ni apoyar mi triunfo en la desgracia ajena. No dejes que mi piel deje de erizarse ante un atardecer solo porque no esta vectorizado o lleno de layers. Gracias por mi profesión y por mi pasión, gracias por mi vista y por mis manos, permiteme compartir aunque sea por un día más mi amor por la belleza y la agradable sorpresa ante mi propia ignorancia. Amén






17 de septiembre de 2008

A quejarse al mono de la pila!

Hace algunos días me encontré con una campaña de medios donde el “glorioso” Tino Asprilla luego de coger a patadas el Reten de un ingenio en el Valle del Cauca salio a la palestra pública a decir que se quería blanquear, porque estaba cansado de que lo trataran mal. 
El hecho además de ridículo me pareció ofensivo con las negritudes de Colombia y me recordó muchos chistes de mal gusto al respecto. Con el tiempo la cosa tuvo tanta exposición mediática en noticieros, en programas de chismes, en revistas, etc que la cosa ya comenzó a ser incomoda y poco creíble.  La semana pasada lanzaron la campaña publicitaria de una marca de pinturas ( ni idea del nombre ) y el copy ( texto publicitario ) decía que ya podíamos elegir otro color o algo así. 
Ahora si viene la reflexión, una campaña de publicity o freepress está basada en llevar de manera estratégica a medios de comunicación una noticia publicitaria camuflada como noticia periodística, pero cuando cobra más importancia la táctica usada que el objetivo final, estamos en problemas. Si bien la campaña está comenzando hasta ahora el recurso es bastante cuestionable porque no podemos asumir que todos los que estuvieron expuestos a la campaña mediática estarán expuestos a la campaña publicitaria. Por un momento pensemos en un muchacho afro colombiano que ve en el Tino un modelo a imitar ( role model dirían los mercadólogos ) cuestionándose sobre su color de piel. Pensemos en el efecto para la marca al tener como vocero a una persona con más cuestionamientos negativos que positivos, y que adicionalmente RENIEGA DE SU COLOR DE PIEL….
Adjunto una nota periodística de GUILLERMO DIAZ SALAMANCA, comentando el hecho de que el Tino ya no quiere ser negro publicada en El País como noticia, y el detrás de cámaras de la entrevista realizada por Cromos.
 
Segunda reflexión: Como quedan los periodistas que le hacen el juego a estos movimientos estratégicos? La veracidad y confianza en los medios de comunicación es lo que sustenta el respeto de sus consumidores, si no creo en los medios que consumo pues no los consumo, si no los consumo la circulación se baja, si se baja la circulación el valor de la pauta se incrementa en la medida en que hay menos lectores, es decir con estas cosas estamos afectando una cadena de confianza en la que se basa la economía y por supuesto la publicidad.
Por eso no podemos quejarnos después de que los medios pierden credibilidad, y como decimos en Cali “ ¡ a quejarse al Mono de la Pila!”
 
lobsangyasociados@gmail.com
www.lobsangyasociados.com
 
 
 
http://www.youtube.com/watch?v=6rxzxs2LDFg
 
 
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¡El Tino se quiere blanquear!
Guillermo Diaz Salamanca, www.elpais.com.co
Me causó curiosidad que el Tino Asprilla, el glorioso jugador de fútbol que fue, del Nacional, del Cúcuta, del Parma, del Newcastle entro otros, esté pensando al mejor estilo del cantante Michael Jackson, despigmentarse la piel, es decir blanquearse, para que lo traten diferente. Cree el Tino que todos sus problemas pasan por el color de su piel. Que sus rabietas, que sus pataletas, que sus posibles excesos no tienen nada que ver. Que toeo el problema pasa por que él es negro. ¿hasta donde puede tener razón Faustino?  
 
Es posible que eso sea así, porque en Colombia somos racistas, aquí a los negros les hacemos el feo. Recuerdo una señora amiga mía que estaba atormentada porque su hija se enamoró de un negro y ella con tal que su hija no se casara con el negro le hizo la vida imposible hasta que logró lo que quería, que su hija no se fuera con el negro, pero ya fue tarde la hija ya le había dado retoños al morocho.
 
Así pasa en muchas otras historias de vida indebidas, en donde a los negros se los estigmatiza, se los desprecia, se los maltrata y se los desaprueba. Baste mirar como los segregan en las entradas de las discotecas de los “niños bien” y en los clubes cachezudos de lasw ciudades colombianas. Porque no nos digamos mentiras a los negros en Colombia los siguen tratando como a esclavos. Los negros tienen que surgir en los deportes caso Tino Asprilla o María Isabel Urrutia o Willinton Ortíz, o Freddy Rincón, de lo contrario siempre serán marginados. Cuanto le costó al general Moore para lograr llegar a ser el primer general de la policía negro en la historia del país.
 
Cuánto nos demoramos para que Don Raimundo Angulo en su reinado aceptara que una chocoana bellísima por cierto fuera la reina de Colombia, es Vanessa Alexandra Mendoza mujer de ébano.  Y hasta que Paula Marcela se nos encaramó en el ministerio de Cultura donde estaba una ministra carapálida.
En los colegios, en las universidades, en el trabajo hay racismo.
 
Y conozco negros de gran calidad profesional como el excelente locutor de noticias Juan Manuel Rodríguez, o como el excelente relator deportivo que es Paché Andrade entre otras cosas el único relator Colombiano contratado por la radio Argentina para que relatara el fútbol a su estilo. Pero en las novelas difícilmente hay negros o difícilmente hay negras, salvo para papeles inferiores, de choferes, mucamas etc discriminación es la palabra.
 
Pero
en el caso del Tino sumémosle que a su brillante trayectoria como jugador de futbol, hay una pobre historia de vida, en donde se mezclan amores y odios de unos y de otros y exageraciones y chismes y dimes y diretes que agrandan esa fantasía generada en torno de tan inmensa figura del deporte, que tuvo todo a la mano para haber sido el más grande pero su falta de formación y el endiosamiento al que fue sometido por todos nosotros los de los medios, pues dieron al traste con su vida y casi con todo.

 
Hay muchos ruído, que de su fortuna gigantesca quedan apenas recuerdos, que el Tino es muy vago, que le gusta sinverguencear, que es derrochador. No me consta. Vaya uno a saber si todo es verdad o pertenece a la leyenda. Por ahora lo ideal es que siga siendo negro y que hasta el último día de su vida se sienta orgulloso de su color de su piel y se ser negro, que no se vuelva blanco, que no se destiña, que no se despigmente y que no se decolore. Que el negro es un color serio.